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Guelbenzu refleja en una novela la cultura del "pelotazo" previa a la crisis

(Ana Mendoza, EFE - Yahoo! Noticias)


El escritor José María Guelbenzu refleja en su nueva novela, "Mentiras aceptadas", la cultura del "pelotazo" y del dinero fácil que había en España antes de que estallara la crisis, una situación que en su opinión se veía venir porque "en este país nunca se ha luchado por la democracia".

"La cultura democrática de España es muy baja y la política más baja todavía, como lo demuestra que haya habido una tercera mayoría absoluta. ¡Hace falta ser brutos!", afirmaba hoy Guelbenzu en una entrevista con Efe con motivo de la publicación de su nueva novela.

Editada por Siruela, "Mentiras aceptadas" está situada en 2005 porque, según su autor, fue el año en el que existían "todos lo síntomas de lo que se avecinaba, pero no estaban a la vista".

Fueron años de enriquecimiento desvergonzado, de corrupción, de ascensos fulgurantes y de "mentiras aceptadas", y Guelbenzu ha sabido recrear en su novela "el punto de deterioro en el que estaba el país".

"Solo faltaba que un golpe lo tirara todo abajo, y el detonante pudo ser la caída de Lehman Brothers en 2008", asegura este escritor que ha merecido premios como el de la Crítica, el Internacional de Novela Plaza Janés y el Torrente Ballester de Narrativa.

La "cultura del pelotazo", prosigue, ha causado "mucho daño en España porque es un país de pícaros". Y un país en el cual "el trabajo se considera un castigo y en el que todo el mundo sueña con que le toque la lotería, pero no para viajar o emprender negocios sino para no dar golpe".

España es también un país "providencialista, que está acostumbrado a que un padre le saque las castañas del fuego. No se admira a los empresarios, por ejemplos, sino a los listos, a los que consiguen las cosas por la cara. Por eso somos un país pirata, y sentimos alegría ante lo gratis", señala Guelbenzu (Madrid, 1946).

El desconcierto que sienten los españoles ante lo sucedido en los últimos años lo refleja a la perfección el protagonista de la novela, Gabriel, un guionista de una serie televisiva de éxito, que está separado de su mujer, Isabel, que lo dejó para casarse con un asesor de la cúpula directiva de un banco.

Gabriel está preocupado por el ambiente en el que crece su hijo adolescente, Martín, que vive con su madre, una mujer hermosa e inteligente y el típico ejemplo de "trepa". Está dispuesta "a pagar el precio que haga falta" con tal de llegar a lo más alto de la escala social.

La preocupación de Gabriel por la educación del niño y por su futuro recorre de principio a fin la nueva novela de Guelbenzu, convencido de que "no hay vínculo más fuerte que el que une a padres e hijos, incluso contra ti mismo: aunque no lo quieras tener, ese vínculo permanece".

El autor de "El río de la luna" cree que el amor de los padres hacia sus hijos "es el más raro del mundo" porque la labor de los padres consiste en "preparar a los hijos para que se vayan y hagan su propia vida".

En la novela no sale bien parada la profesión periodística, que se ha "degradado mucho" en los últimos años.

Guelbenzu sostiene que esa degradación "empezó a partir del golpe de Estado del 23-F. Entonces, los periodistas se dieron cuenta de su verdadero peso e importancia y a partir de ahí ocurre lo de siempre: una serie de ellos lo asume con responsabilidad y otros deciden explotar la importancia que tienen, y saben que pueden mandar desde la sombra".

Escrita en clave de humor, "Mentiras aceptadas" está poblada de personajes curiosos cuyos nombres llamarán la atención del lector: Perfecto Alumbre, Mario Pescador, Justo Paleta...

"Últimamente me ha dado por poner nombres absurdos. Es un intento de sacar al lector de la novela y hacerle cuestionar lo que está leyendo", explica el creador de la serie policiaca protagonizada por la juez Mariana de Marco.

El escritor tiene ya terminada una nueva entrega de esa serie pero no sabe cuándo se publicará: "¡Como sigan las ventas tal como van ahora!", se lamenta.

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