Bégout sitúa este insólito parque en una isla privada del océano Pacífico, cerca de Borneo, en una superficie de 624 kilómetros cuadrados, donde un empresario ruso, multimillonario gracias a la industria del armamento, y un misterioso arquitecto, Litch, que vive recluido y consagrado al desarrollo de la neuroarquitectura, crean un nuevo concepto de entretenimiento.
La idea de ambos impulsores es reunir todas las formas que podría adoptar un parque en un solo espacio: reserva animal, parque de atracciones, campo de concentración, tecnópolis, feria, campamento de refugiados, cementerio, jardín de infancia, zoológico, residencia de ancianos, arboreto y cárcel, combinando todas sus características y reglas.
Un concepto que en Francia un bloguero ha descrito como "Disneyschwitz".
Le ParK es un laboratorio al aire libre donde se experimentan, a la vista de todos, las prácticas futuras y coercitivas de control social.
A la manera de los hombres que viven en ella, prisioneros de su entorno, el lector explora en su propia piel este extraño lugar y entra en contacto con lo extraño y con lo terrible.
El propio autor, que es profesor de Filosofía en la Universidad de Burdeos (Francia), reconoce que con "Le ParK" (Editorial Siberia) quería invitar al lector a "un recorrido alucinante por el parque de parques, un paseo terrible a través del ocio corrupto de la sociedad actual y las atracciones de la modernidad entre el horror y la diversión".
En sus obras Bégout, que ha escrito "Le ParK" a modo de crónica periodística, trata sobre las patologías de la modernidad y se interesa especialmente por las atmósferas grises y sombrías de las ciudades vistas desde la catástrofe hasta la vida cotidiana.
(EFE, Terra Noticias)
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