Lahore vive su festival literario como espacio de reflexión y normalidad

El festival literario de la ciudad paquistaní de Lahore ha celebrado su segunda edición con la intención de seguir promoviendo el diálogo y la reflexión crítica en un país cada vez más amenazado por el pensamiento único.

"Una de las formas en las que planteamos este festival es reclamar espacio público, que ha caído cada vez más en manos de la propaganda de la derecha conservadora", dijo a Efe el director del evento, Razi Ahmed.

"Queremos dar a la gente el espacio para pensar de forma crítica y de implicarse en un diálogo constructivo, y hacerlo a la vez de forma divertida" abundó Ahmed, que considera un "gran éxito" el haber podido realizar por segundo año el festival de la letras en Lahore.

Con más de cien conferenciantes, la mitad de ellos extranjeros, la organización del evento, que tuvo lugar el pasado fin de semana, espera haber superado los más de 20.000 asistentes de la primera edición.

"Este año hemos sido incluso más ambiciosos que el año de apertura; hemos incorporado nuevos espacios, más sesiones y hasta una muestra de arte paralela al festival", se felicitó el director, rodeado de asistentes, en el jardín central del centro de artes Al Hamra, uno de los centros culturales del Punyab paquistaní.

Lahore, que se ha sumado a la emergencia de los festivales literarios en el sur de Asia, junto a los eventos de Karachi o el más consolidado encuentro de Jaipur en la India, reclama su papel como núcleo cultural del subcontinente.

"Venecia es la Lahore del oeste... Lahore es incluso algo más que la Venecia del este", se atreve a decir la prestigiosa directora cinematográfica india Mira Nair, que alabó durante sus intervenciones la potencia inspiradora de esta ciudad.

"Es un lugar que durante generaciones nos ha dado música, poetas pintores, filósofos, historiadores... Es una ciudad profundamente creativa, una ciudad que inspira la creatividad", dijo a Efe esta cineasta, galardonada en los certámenes de Venecia y Cannes.

Nair, como otros participantes, reivindicó el papel de Lahore como puente entre Pakistán y su India natal, dos países hoy separados por "una línea aún increíble y difícil de aceptar, porque en lengua, en cultura, en poesía, en muchas cosas venimos de la misma tradición, del mismo padre y la misma madre".

"El propósito del arte es crear mundos que nos permitan vernos unos a otros", sentenció la cineasta.

"¿Qué otra forma hay de conocer gente a través de la frontera, si no es con estos festivales?" se preguntó otro artista indio presente en Lahore, el novelista y poeta Vikram Seth, muy conocido sobre todo por su premiada novela "Un buen partido".

Más allá de la política regional, Seth celebró este tipo de encuentros como reivindicación de la lectura y la reflexión, en un mundo tendente cada vez más a la interconexión y la inmediatez.

"La gente se siente aislada y es agradable saber que se forma parte de una comunidad. La sensación de que no estás solo, de que no eres raro, de que leer está bien incluso en este mundo que se mueve tan rápido", defendió el literato.

Con salas llenas y un ambiente muy animado, el festival acogió sesiones centradas en una gran variedad de temas, incluida la actualidad política, omnipresente y casi inevitable en Pakistán, con charlas sobre la política exterior del país asiático o Afganistán.

También hubo presentaciones de libros, sesiones sobre el poder transformador del humor literario y sobre poesía, tanto en inglés, la lengua más representada en el evento, como en "urdu".

"Me siento muy feliz", dijo el escritor de origen lahorí Mohsin Hamid, el cual saltó a la fama con su relato que dio lugar a la última película de Mira Nair.

"Este tipo de conversaciones, sobre política, arte, poesía, cocina, es la forma habitual en la que debería funcionar una ciudad de diez millones de personas", añadió Hamid.

"Demasiado a menudo la vida en Lahore es anormal, y es muy importante a veces recordar que la vida puede ser normal", celebró al escritor.

(Pau Miranda, EFE, La Información)