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La literatura del siglo XVIII. La prosa española del siglo XVIII



Torres Villarroel fue muy famoso por sus almanaques y pronósticos. Aquí aparece en la cubierta de los horóscopos para 1751
Grabado de José Francisco de Isla
Muchas de las obras del siglo XVIII tienen un carácter doctrinal y pretenden difundir las ideas ilustradas o contribuir a reformar la sociedad del momento. La mayoría de estos textos están escritos en prosa. El concepto de literatura que se tenía en el siglo XVIII no es el de hoy, sino que entraba en él todo escrito que atañía a cualquier rama del saber. Y, en efecto, son frecuentes los libros referidos a múltiples disciplinas, muchas de ellas típicas de la nueva cultura ilustrada: la historiografía, la literatura anticuaria (arqueología, epigrafía, numismática, toponimia...), la economía, la política, el derecho, la religión, los textos científicos (matemáticas, medicina, botánica, química...), los escritos artísticos, los tratados musicales, la teoría e historia literarias, la filología, etc. Asimismo, es muy importante la labor editorial en esta época: traducciones del latín y del griego, publicación de obras bilingües, edición de textos clásicos castellanos medievales y de los siglos XVI y XVII, etcétera.

En esta centuria aparecen también los primeros periódicos y otras publicaciones como las revistas especializadas, las misceláneas de curiosidades, los almanaques, calendarios y pronósticos (especie de horóscopos de hoy), la literatura por entregas... Todo ello muestra el crecimiento del consumo literario y la ampliación del público lector.

La prosa de ficción es, sin embargo, muy escasa en esta época. Aunque continúa existiendo una literatura costumbrista e incluso se publican libros de viajes, la prosa estrictamente narrativa desaparece en la transición entre los siglos XVII y XVIII y son contadas las novelas que se editan durante el resto del siglo ilustrado. Con todo, merecen ser destacasos algunos autores de prosa narrativa:

- Diego de Torres Villarroel.

Su obra literaria revela la pervivencia durante buena parte del XVIII de los gustos barrocos. Se consideraba a sí mismo seguidor de Quevedo y expresamente tituló una de sus obras 'Visiones y visitas de Torres con Quevedo por Madrid'. Escribió también un conjunto de 'Sueños', en los que, al igual que Quevedo, dirige sus dardos críticos hacia médicos, alguaciles, nobles, etc. Su obra más importante es una especie de autobiografía novelada: 'Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor don Diego de Torres Villarroel'.

- José Francisco de Isla.

Publicó en 1758 una especie de novela satírica: 'Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes'. En ella ridiculiza la retórica eclesiástica barroca a través de fray Gerundio, un predicador disparatado cuyos sermones son ejemplo de dicha retórica, desproporcionada y absurda, empleada en la oratoria sagrada.

Entre las otras pocas novelas del siglo XVIII, puede mencionarse el 'Eusebio' (1786) de Pedro Montengón, novela pedagógica que, en la línea del 'Emilio' de Rousseau, relata el proceso educativo de un niño que llega a las costas americanas víctima de un naufragio y es allí recogido por un filósofo ilustrado.

Pero, sin duda, el género literario en prosa preferido por los escritores de la ilustración fue el del ensayo, disertación escrita de intención didáctica, muy variable en cuanto a temas y estilo según cada autor. Con sus ensayos, los autores del siglo XVIII pretendían defender las nuevas ideas y actitudes propias del Siglo de las Luces. Los ensayistas más destacados fueron Feijoo, Luzán, Cadalso y Jovellanos.

- Fray Benito Jerónimo Feijoo.

Fue un prototipo de verdadero ilustrado y un avanzado en la defensa de las nuevas ideas en la España de la época. Recogió sus reflexiones en dos extensas obras: 'Teatro crítico universal' y 'Cartas eruditas'. En ellas arremete contra las supersticiones y contra las opiniones infundadas y se rebela frente a la rutina de la anquilosada cultura barroca. Postula la razón y la experiencia como bases de la ciencia y del pensamiento modernos.

- Ignacio Luzán.

Destaca como autor de la 'Poética' más importante del siglo XVIII español. En ella establece los preceptos que deben guiar aquellas obras que deseen ajustarse a los nuevos ideales clasicistas. Así, distingue entre poesía lírica, poesía épica y poesía dramática. En esta última defiende las tres unidades clásicas y la separación tajante entre tragedia, que debe ser compuesta en verso, y comedia, en la que pueden utilizarse el verso o la prosa.

(Lengua Castellana y Literatura, 2º Bachillerato, edición de Julio Rodríguez Puértolas, coordinación y revisión de Literatura de Domingo Ynduráin Muñoz, proyecto y redacción de José Antonio Martínez Jiménez, Francisco Muñoz Marquina, Miguel Ángel Sarrión Mora; ed. Akal, Madrid 2012)

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