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San Valentín. Celebrar el amor

Compartimos con vosotras y vosotros tres textos sobre el amor en este día de San Valentín:

1.- El que así no ame, no será jamás amado (José Martí)

2.- No calles nada (Jaime Bayly)

3.- El amor empieza cuando... (Roberto Juarroz)

Participa en el foro: ¿Cuáles son tus libros de amor favoritos?

¡Felicidades, amantes de los libros!

1.- El que así no ame, no será jamás amado (José Martí)

Sucede casi siempre que las relaciones que el amor comenzó, concluyen por no tener más lazo de unión que el del deber.

¿Es que la satisfacción del amor mata al amor? ¡No! Es que el amor es avaricioso, insaciable, activo: es que no se contenta con los sacrificios hechos sino con los sacrificios que se hacen. Es que es una gran fuerza que inquieta, que requiere de grandes alimentos diarios; es que es el único apetito que no se sacia nunca.

No es que se anhele cuerpo que lo sacie: es que solo la solicitud incesante, tierna, visible y sensible, lo alimenta. Creen las mujeres con error y creen los hombres, que una vez dada la gran prenda, la prenda del cuerpo; el beso sacudidor, todo está dado, y todo conseguido ¡Oh! ¡No! El alma es el espíritu, y se escapa de las redes de la carne: es necesaria conquistarla con el espíritu.

Un beso presente desarruga una frente que no basta a desarrugar el calor entibiado de muy amantes besos anteriores.

Ni amante ni amada han de dejar que la falta de frecuencia de mutuas solicitudes, reveladoras de constantes pensamientos, haga sentir la necesidad al alma siempre ardiente del alimento de que vive y la empujan a buscarlo, o la proponen para aceptarlo, si los azares de la vida se la ofrecen.

Las atenciones amorosas que se dan son un cuerpo de resistencia que se hacen en el alma del ser amado contra la invasión del amor ajeno, compensación inteligente, premio sabroso, dulcísimo trabajo. ¡Dando a otro ventura fabricamos la nuestra! Siendo tiernos elaboramos la ternura que hemos de gozar nosotros. Y sin pan se vive: sin amor ¡No!

No ha de desperdiciarse ocasión alguna de consolar toda tristeza, de acariciar la frente mustia, de encender la mirada lánguida, de estrechar una mano caliente de amor. Perpetua obra, obra de todo instante es la ternura. Si no, el amor no satisfecho busca empleo.

Hay una palabra que da idea de toda táctica de amor: rocío-goteo. Que haya siempre una perla en la hoja verde, una palabra en el odio, una mirada meciente en nuestros ojos; en nuestra frente, un beso húmedo.

El que así no ame, no será jamás amado. Caerá y volverá a caer, y clamará desesperado, y se perderá en abismos negros, y morirá solo.

2.- No calles nada (Jaime Bayly) [Libro: Los amigos que perdí]

No calles nada. Sigue queriéndola, demuéstrale todo el cariño que sientes por ella, agradécele siempre por el amor que te dio y por el bebé en camino; pero quiérela bien, quiérela como amiga, no como amante, quiérela como la madre de tu hijo, no como tu pareja. Es decir, sepárate de ella sin dejar de ser su amigo y sin faltar a tus responsabilidades como papá. Llámala, engríela, cuida de ella y de tu hijo, respeta su libertad para mirar otros hombres y rehacer su vida, sé generoso con el dinero, nunca mezquino, que el dinero que puedas darle te hará feliz y jamás compensará el regalo de amor que ella está por darte: ese bebé que, no dudo, tú sabrás querer y educar, aunque no vivas en su casa. Y tú, ya libre, atrévete a vivir la vida a tu manera, a ser todo lo gay o bisexual que te dé la gana. Pero no te pido que la dejes, entiéndeme bien. Sólo te aconsejo -y sé que es una impertinencia aconsejarte cuando no me lo has pedido, pero lo hago porque te quiero- estas tres cosas bien simples: si te has vuelto heterosexual y ya no te gustan nada los hombres, cuéntale suavemente a tu esposa que tienes un pasado homosexual, aunque ella se enoje contigo, que ya se le pasará; si eres bisexual, díselo a tu mujer, no le ocultes los amores que otros hombres te inspiraron y tampoco le escondas las fantasías y placeres que pudieras encontrar en algún hombre afortunado; y por último, si en realidad eres gay, rompe la mentira del matrimonio feliz, que ese hombre no eres tú, y deja a tu esposa sin retirarle tu cariño, y sé todo lo buen padre que puedas, y, cuando te sientas solo, llámame, que mi amistad es para siempre.

3.- El amor empieza cuando... (Roberto Juarroz) [Libro: Poesía vertical. Antología]

El amor empieza cuando se rompen los dedos
y se dan vuelta las solapas del traje,
cuando ya no hace falta pero tampoco sobra
la vejez de mirarse,
cuando la torre de los recuerdos, baja o alta,
se agacha hasta la sangre.

El amor empieza cuando Dios termina
y cuando el hombre cae,
mientras las cosas, demasiado eternas,
comienzan a gastarse,
y los signos, las bocas y los signos,
se muerden mutuamente en cualquier parte.

El amor empieza
cuando la luz se agrieta como un muerto disfrazado
sobre la soledad irremediable.

Porque el amor es simplemente eso:
la forma del comienzo
tercamente escondida
detrás de los finales.

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