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Vida de Pablo (Carlos Pardo). Nueva sentimentalidad

(Ignacio F. Garmendia - Diario de Sevilla)
Vida de Pablo. Carlos Pardo. Periférica. Cáceres, 2011. 312 páginas. 20 euros.
Un joven poeta que ejerce como pinchadiscos se propone contar la vida de su amigo Pablo, pintor alejado del arte (o no tanto) por su trabajo en un bar de noche. El poeta se llama Carlos Pardo, como el autor de la novela, que casi desde el principio renuncia a su propósito para desplazar el foco de atención a su propia biografía. Ellos y su círculo de amigos –entre los que se cuentan otros poetas reales de la generación que empezó a publicar a finales del siglo pasado– viven una vida precaria pero festiva, anestesiada por el alcohol y las drogas recreativas, los juegos culturalistas o los ejercicios de seducción a destajo.

Presentada como novela de formación, Vida de Pablo es una narración de corte, más que posmoderno, neocostumbrista, aunque no se queda en el mero esbozo generacional, y tiene algo también -si descartamos el enojoso término autoficción- de relato en clave, situado en Córdoba, donde residió el autor, o en Lanzarote, donde transcurre una parte final que toma la forma de diario. Es un relato fragmentario y estructurado en breves escenas (de la vie de bohème) que buscan apresar momentos significativos, aunque la historia de amor del protagonista con una muchacha que no termina de separarse de su novio ocupa buena parte, acaso la más sugerente, de la trama. Los grados de la amistad, de la intimidad al distanciamiento o la ruptura, son otro de los temas abordados por Pardo, que retrata a su homónimo con una mezcla de humor, ternura y condescendencia.

El discurso del narrador es a veces brillante y otras banal o excesivamente resabiado, lo que en algunos pasajes puede limitar su encanto. En este sentido, las numerosas divagaciones estéticas, musicales o filosóficas no son lo más logrado de la novela, que tampoco elude -ay- la reflexión metaliteraria. Vida de Pablo es una obra interesante y bien escrita, pero tal vez el autor -excelente poeta- debería haber tomado mayor distancia de su personaje.

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