El Centro del 27 recopila la poesía de Miguel Ángel Molinero

(Cristóbal G. Montilla - El Mundo)

El fallecido poeta y periodista estuvo muy vinculado a Málaga

Hay buenos poemas que se sueltan al aire después de arrancárselos al escaso tiempo libre, y van a parar a libros que seguirán ahí por muy pocos que sean o por inéditos que queden. Es la sensación que se experimenta ante la obra poética de Miguel Ángel Molinero (1948-2007), que ha sido rescatada de cierto olvido en un libro editado por el Centro del 27 de la Diputación de Málaga.

Este volumen, titulado Miguel Ángel Molinero. Poesía completa, ha sido incluido en una colección «que tiene por objetivo difundir la poesía de autores malagueños o con fuertes lazos con la provincia», según explicó el director de la institución, José Antonio Mesa Toré. Con anterioridad a éste con la obra de Molinero, se publicaron cuatro volúmenes que reunieron todos los versos de Fernando Merlo, Javier Espinosa, Francisco Cumpián y Rafael León.

El responsable de esta edición sobre la poética de Molinero ha sido el poeta Pedro Tedde de Lorca, quien explica en los siguientes términos la relación del fallecido autor con la provincia malagueña: «Pese a haber nacido en Belorado (Burgos) en 1948, se ha querido realizar esta publicación como homenaje a un poeta que, aunque nacido lejos de Málaga, en una Castilla que se mantuvo latente en su habla y en su conciencia a lo largo de sus días y de sus libros, tuvo en nuestra ciudad vivencias radicales y determinantes para su futuro, que asimismo influyeron en su poesía y en su lenguaje».

«En Málaga transcurrió mucho tiempo de su no larga vida, y en ella residen parte de su familia y muchos de sus amigos; en Málaga también ha quedado sus cenizas, bajo una lápida del Cementerio Inglés, cerca de la tumba del poeta vallisoletano Jorge Guillén», añadió. Asimismo, sobre su heterodoxo perfil profesional en relación a su cultivo de la literatura, se le recuerda como «un prestigioso profesional en el mundo del periodismo que, de la mano de su jefe y amigo Eduardo Sotillos, llegó a ser viceportavoz del gobierno de Felipe González».

«Su dedicación a la comunicación y a la política le dejó poco tiempo para desarrollar otra de sus pasiones: la escritura poética», apostillaron sobre él.

Aun así, según explicó Mesa Toré, «publicó en vida dos libros (Venir de lejos y Tinieblas exteriores) y dejó otro póstumo (El sentido de la experiencia), que vería la luz en Málaga en el año 2009». «Estos tres títulos son los que ahora se reúnen en el volumen que edita el Centro Cultural Generación del 27», expuso.

Así, Venir de lejos, que apareció en la colección Adonais en 1978, es en palabras de Tedde de Lorca «un libro de transición vital, de la adolescencia a la juventud, desde una ciudad a otra muy diferente, de Valladolid a Málaga, aunque la médula del conjunto es el hallazgo del amor por alguien que, desasistido y errático, vive el nacimiento de su relación sentimental y física como una experiencia redentora».

Por su parte, Tinieblas exteriores (1988) es «el más malagueño de sus poemarios, y en él hay un encendido ímpetu mediterráneo, una vivacidad inmanente a la naturaleza y, por tanto, al hombre pero junto a esa atmósfera de éxtasis ya se anuncian algunas inquietantes sombras, un acento más grave y austero consciente del paso del tiempo, una aflicción por los sueños imposibles del ser humano».

Por último, sobre El sentido de la experiencia apuntaron que «está ya totalmente escrito desde la desazón ante lo inasible del tiempo y de la realidad y ante la inutilidad de los intentos de comprensión del universo».