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'El hombre que amaba a los perros' (Leonardo Padura). El cubano Padura prueba las aguas literarias de Estados Unidos

Sentado en el atrio de una pintoresca librería-café en Miami, el escritor cubano Leonardo Padura ríe ahogadamente entre fumada y fumada a un cigarrillo.

Casi toda su vida, explica, ha transcurrido en un barrio de La Habana.

Es allá, en Mantilla, donde nació, creció, se casó y escribió las novelas detectivescas que le han dado aclamación internacional. Aún vive en la casa de su infancia y disfruta sentarse en una banca pequeña frente a una nueva tienda de dulces que abrió cruzando la calle y escuchar las charlas de los clientes.

Sus vecinos lo llaman "el escritor famoso".

"Pero tengo suerte", comenta, "porque ellos aún me conocen como el hijo de mi madre y padre".

Padura ha esculpido un espacio que pocos escritores en Cuba han conseguido obtener después de la revolución: el de un intelectual público, aceptado de inmediato por la sociedad cubana, de la cual es crítico.

Ahora, en la cumbre de su carrera literaria, se encuentra de gira en Estados Unidos, visitando Miami, Nueva York y Chicago. Su aclamada novela "El hombre que amaba a los perros" ha sido traducida al inglés y publicada en Estados Unidos por Farrar, Straus and Giroux.

Se espera que el trabajo de Padura, muy conocido en los círculos literarios y académicos en español, sea también atractivo a un mercado más amplio en Estados Unidos.

"Pienso que las audiencias estadounidenses están intrigadas por sus novelas policiacas", dijo Ana Mario Dopico, profesora de literatura comparativa de la Universidad de Nueva York. "Él trae algo nuevo y refrescante a una lectura sobredecidida de Cuba que es muy hiperpolítica, muy Guerra Fría".

El personaje principal en la obra de Padura es Mario Conde, un oprimido detective que resuelve crímenes en la parte más sórdida de la sociedad cubana posterior a la Unión Soviética.

A través de las investigaciones de Conde, son puestas al descubierto las contradicciones y defectos de una revolución en decadencia. No obstante, sus novelas nunca son abiertamente políticas. El mismo Padura se esfuerza en manifestar que no se identifica con ningún partido político, ni con el Estado ni con los disidentes del país. Se ve simplemente como un cronista de la vida moderna cubana.

"Si existe algún efecto positivo que puede tener mi trabajo, es el hecho de ser independiente", señala el escritor. "De tener una postura, una actitud, un espacio libre de preferencias políticas".

Nacido en 1955, Padura es parte de la primera generación que crece con poca o ninguna memoria de vida previa a la revolución de Fidel Castro en 1959. Él llegó a la mayoría de edad cuando la isla caribeña aún se beneficiaba del apoyo soviético y comenzó su carrera literaria durante el Período Especial, los años posteriores al colapso de la Unión Soviética.
Christine Armario, Associated Press, Terra Noticias

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