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El recuerdo de Machado sigue vivo en Collioure




El recuerdo al poeta Antonio Machado tiene en la tumba donde reposa desde hace 75 años en Collioure un punto clave de peregrinación, en el que los más de 4.500 mensajes y dedicatorias dejados al autor de "Soledades" cobran desde mañana protagonismo con la apertura del archivo que los recopila.

La Fundación Antonio Machado (FAM), que este domingo le homenajea con una serie de lecturas y conferencias, está detrás de ese proyecto iniciado en 2010, año en que se empezaron a catalogar esas muestras de cariño que no han cesado con el tiempo.

La sepultura que comparte con su madre, Ana Ruiz, en esa pequeña localidad mediterránea del sureste francés, ha recibido en estas décadas "todo lo que te puedas imaginar", explica a EFE Guadalupe Adámez, integrante del equipo científico de la FAM.

Agradecimientos, peticiones de salud, de amor o de suerte en los estudios, trabajos escolares o académicos, poemas de Machado u obra propia de los visitantes, junto a testimonios de exiliados o de sus descendientes, engrosan esa larga lista.

El Ayuntamiento local instaló en los años ochenta un buzón junto a la lápida para que esa correspondencia no se perdiera, y desde mañana una de las salas de la Fundación, como paso previo a su ubicación definitiva, dejará constancia de cara al público de la veneración que el poeta sigue despertando.

Machado llegó a Collioure el 29 de enero de 1939, siguiendo la corriente de exiliados ante el empuje de las tropas nacionales, y en el mes escaso que pasó en esa localidad, ya castigado por la neumonía, apenas salió de su refugio.

Del único día en que se permitió pasear, según recuerda Adámez, se cree que procede la escritura de los que serían sus últimos versos, "Estos días azules y este sol de la infancia", que se encontraron manuscritos en un bolsillo de su viejo gabán.

Cuando se instaló en Collioure, a los 64 años de edad, enfermo y exhausto tras el viaje, pero poeta consagrado, encontró refugio en el hotel de la familia Quintana, en una de cuyas habitaciones murió hoy hace 75 años, seguido por su madre tres días después.

Su féretro, cubierto por la bandera republicana, fue enterrado en el panteón de unos amigos de los Quintana, que prestaron el nicho para la ocasión, y no encontró tumba propia, esa que se mantiene todavía ahora como una especie de memorial del éxodo, hasta finales de los cincuenta.

Solo en enero y en estas primeras semanas de febrero esa lápida ha recibido "unas 30 o 40" nuevas dedicatorias, apunta la especialista, que desde 2010 se desplaza una par de veces al año hasta allí, acompañada por estudiantes de la Universidad madrileña de Alcalá de Henares, para recopilar y catalogar esos mensajes.

El documento más antiguo de los que dispone el fondo data de 1975, y Adámez confía en que "no tenga fin" esa tradición, fomentada por visitantes anónimos y conocidos, en persona o a través del correo postal.

"El buzón de Antonio Machado" será precisamente el título de una de las conferencias con las que mañana se recordará en Collioure la figura del escritor, en la que también Oriol Ponsati, profesor de la Universidad de Gerona y director de "Ediciones de la Ela Geminada", centrará una charla en la "metafísica de una patria simbólica".

La apertura oficial del archivo de la FAM y una ofrenda floral sobre la tumba del poeta sevillano completarán la jornada, que cierra los actos de homenaje que desde el viernes dedica la localidad a los republicanos exiliados.

(EFE, Te Interesa)

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