Proponen una estrella en el Paseo de la Fama para Blasco Ibáñez

El autor es uno de los escritores más adaptados de la historia de Hollywood: "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" (1921, Rex Ingram; y 1962, Vicente Minnelli); "Sangre y arena" (1916, Blasco Ibáñez; 1922, Fred Niblo; 1941, Rouben Mamoulian); "The torrent" (1926, Monta Bell); "Mare nostrum" (1926, Rex Ingram); "Cañas y barro" (1954, Juan de Orduña); "La barraca" (1979, Leon Klimovsky).

La contribución de Vicente Blasco Ibáñez a la industria del cine podría ser reconocida dentro de poco con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. El productor cinematográfico Enrique Viciano ha impulsado esta propuesta, para la que está recabando el apoyo financiero de diversas instituciones norteamericanas.

"Creo que la industria cinematográfica tiene una deuda pendiente con Blasco Ibáñez, que fue en su época uno de los autores más adaptados, con éxitos masivos como "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" (Rex Ingram, 1921) o "Sangre y arena" (1916), en la que también participó como realizador", apunta Viciano, quien ha finalizado recientemente un docudrama sobre los vínculos del novelista valenciano con la Primera Guerra Mundial. Efecticamente, las obras del escritor dieron muy buen resultado en la pantalla grande. Su retrato de la Gran Guerra ("Los cuatro jinetes del Apocalipsis") no sólo vendió más de dos millones de ejemplares en su versión literaria, sino que está considerada la sexta película más taquillera del cine mudo -por encima de "El nacimiento de una nación" de D. W. Griffith- y lanzó el mito universal del 'latin lover' a través del personaje interpretado por Rodolfo Valentino (quien, por cierto, sí cuenta con una estrella en el Paseo de la Fama).

Sin embargo, la idoneidad del personaje no es suficiente para hacerse un hueco en el pavimento del bulevar californiano, por el que pasan más de diez millones de personas al año. El proceso burocrático que hay que emprender con el Ayuntamiento de Los Ángeles no sólo es caro (30.000 dólares para empezar), sino también algo proceloso. El comité de selección, integrado por seis miembros designados por la Cámara de Comercio de Hollywood, recibe anualmente entre 200 y 300 solicitudes, de las que tan sólo aprueba una veintena.

Las icónicas estrellas rojas son ante todo una potente herramienta de marketing, por lo que es habitual que sean los estudios cinematográficos o los propios personajes los que costean la suya cuando se acerca un estreno importante al que se quiere dar una resonancia especial. En el caso de actores o directores ya fallecidos, son a veces los fans los que encabezan esta empresa laudatoria.

En estos momentos, el Paseo de la Fama cuenta con más de 2.500 estrellas, varias de ellas consagradas a músicos o actores españoles, como Julio Iglesias, Plácido Domingo, Antonio Banderas, Xavier Cugat, Antonio Moreno, Penélope Cruz o Javier Bardem. El primero fue el pianista José Iturbi, quien plantó la suya en 1929, después de aparecer en una decena de películas de Hollywood en las que compartió rodaje con personajes como Greta Garbo y John Ford.

(Marta Moreira, ABC)