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Manuel Álvarez Torneiro: "He descubierto que es una delicia estar aburrido"




El poeta gallego Manuel Álvarez Torneiro, Premio Nacional de Poesía 2013 por "Os ángulos da brasa", se aburre en el día a día pero con delicia, con el regusto que dejan los recuerdos, algunos buenos, y los amores, "más soñados que vividos", hasta que empieza a escribir pero sólo cuando lo necesita.

Álvarez Torneiro (1932, A Coruña) nunca deja de pensar, excepto en esos momentos en los que descansa la mente a veces hasta de sí mismo, y ahora trabaja en "el proyecto de no hacer nada" en su piso de un céntrico barrio de A Coruña, donde se siente bien porque es un urbanita confeso y, aunque tiene una casa en el campo en la zona de Miño, reconoce que todo aquello le satisface pero diez minutos.

"Luego tengo que volver aquí", con los teatros y las tertulias cerca, donde corregirá este fin de semana las pruebas de su próximo libro en gallego, que verá la luz en los próximos días en la editorial Kalandraka y para el que todavía no ha decidido un título. "Estoy entre dos", confiesa.

La obra es una continuación de "Os ángulos da brasa", publicada ya en edición bilingüe, y contiene los poemas de siempre, poemas que no entraron en esa obra premiada y que están marcados "por la memoria, que es mi alimento", junto con la lectura.

El poeta habla en su nuevo libro de su visión del paisaje, de recuerdos musicales de Schubert, Bach, Mozart, de sus muchas lecturas y de Octavio Paz, Pablo Neruda y de la generación del cincuenta, a la que pertenece, de su memoria familiar, de sus amigos, de su pérdidas y de sus amores, más soñados que vividos, asegura.

Y es que ha descubierto que "es una delicia estar aburrido" porque él se aburre poco, su cabeza "trabaja siempre" y está "maquinando en la poesía y en cosas, en recuerdos, lo que no pasó, lo que no debió pasar, lo que pudo haber pasado de otra forma".

"¿No me estaré repitiendo?", se pregunta. "No lo sé", responde.

El Premio Nacional de Poesía, recibido el pasado octubre, lo dejó "extenuado" por el "tsunami" de compromisos que hay que afrontar pero que, no obstante, lo ha hecho "muy feliz".

"El premio te obliga a ser condescendiente, atento y a estar con gente que se preocupa por uno", asegura Álvarez Torneiro, que responde con creces a esta tarea.

La resaca del premio es la lectura y tiene una ventaja, añade, que es que te anima a continuar el trabajo, pero "generalmente los impulsos y ánimos no vienen por ahí, escribir es más una necesidad" para comunicarse, para enriquecer la vida porque "la vida no te llega, la vida es poco, vivir no es suficiente".

"Escribimos porque tenemos que morir, porque quisieras dejar algo", dice el poeta que cuenta en su haber con 16 libros publicados y "ninguno" es su preferido.

Álvarez Torneiro ve la realidad actual "en coma", "lamentable" y a la "sociedad de capa caída; por el camino que vamos no vamos muy lejos y si vamos a algún sitio será a un desastre mayor".

"Soy pesimista porque no me queda más remedio", reconoce.

La política cultural "no favorece nada" al mundo del libro, del teatro o a cualquier manifestación artística "y se nota la carencia, que se va a menos, que se pierden grados de calidad". "A ver si llega el momento en el que nos liberamos de ciertas presiones y respiramos más", alega, más esperanzado.

(EFE, Terra Noticias)

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