Retrato de Martínez de la Rosa, de M. de Ojeda, 1852 |
La guerra de la Independencia y el reinado absolutista de Fernando VII impidieron que el Romanticismo llegara a España en los años en que triunfaba en Europa. De hecho, son los emigrados liberales, sobre todo en Londres, los que entran en contacto con el Romanticismo. Entre estos exiliados se encuentran muchos de los autores que luego serán centrales en la literatura romántica española (el duque de Rivas, Espronceda, Martínez de la Rosa…).
Es justo con el fin del reinado de Fernando VII cuando, a la vuelta de los emigrados, brota con cierta pujanza el Romanticismo en la literatura española. A partir de entonces se suceden los estrenos de obras teatrales y se publican libros en verso o en prosa que se declaran ya abiertamente románticos. Los años treinta y cuarenta son los del apogeo de esta literatura. A ello contribuye un medio social urbano en donde las actividades mercantiles y comerciales propician el desarrollo de la burguesía y, por tanto, de un público lector que acoge con interés las nuevas formas literarias.
(Lengua Castellana y Literatura, 2º Bachillerato, edición de Julio Rodríguez Puértolas, coordinación y revisión de Literatura de Domingo Ynduráin Muñoz, proyecto y redacción de José Antonio Martínez Jiménez, Francisco Muñoz Marquina, Miguel Ángel Sarrión Mora; ed. Akal, Madrid 2012)
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