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Luz Gabás: "Hay demasiado desconocimiento, algo incomprensible". 'Palmeras en la nieve' es su primera novela

(Círculo de Lectores)
(1968, Monzón, Huesca) Licenciada en Filología inglesa, durante años ha compaginado su docencia universitaria con la traducción, la publicación de artículos, la investigación en literatura y lingüistica y la participación en proyectos culturales, teatrales y de cine independiente. Palmeras en la nieve, es su primera novela.

- ¿Cómo surgió la idea para la novela? ¿Necesitabas recuperar algunas de las historias de tu pasado familiar?

- Mis abuelos de Cerler, en el Valle de Benasque del Pirineo oscense, vivieron en la antigua Fernando Poo, actual Bioko, isla de Guinea Ecuatorial, en los años veinte del siglo pasado. Luego fue mi padre y un primo de mi padre. Siempre había bromeado con papá sobre la idea de que algún día escribiríamos sus memorias porque no dejaba de hablar de sus años en Fernando Poo. Cuando falleció de manera inesperada sentí también mucha pena por el hecho de que con él se fueran sus narraciones y que mis hijos no supieran de primera mano de esa aventura que tantos del Valle de Benasque habían compartido. Cuando por fin me dispuse a escribirla, descubrí un mundo fascinante y aprendí muchas cosas no sólo de la época colonial sino también del proceso de la independencia y de la época post-colonial.

- ¿Hay mucho silencio acerca del pasado colonial español?

- Hay demasiado desconocimiento, algo incomprensible. Creo que es bueno conocer nuestro pasado para mejorar en el futuro. En un momento de la historia, Guinea fue parte de España. Está bien escuchar a quienes guardan tantos recuerdos de aquella época que aún viven y a sus descendientes de ambos lados, colonizador y colonizado. Entre unos y otros y con la ayuda de investigadores e historiadores las nuevas generaciones podrían aprender mucho de un pasado desconocido y olvidado.

- En tu novela tiene una presencia importante la voz de los nativos del antiguo territorio español. ¿Crees que deberíamos saber mucho más sobre la historia y la cultura de las antiguas colonias?

- Cuanto más leía y más aprendía, más cuenta me daba de que las anécdotas de mis familiares me resultaban escasas. Había muchas cosas que no me habían contado. Digamos que sus narraciones no incluían la reflexión sobre el otro lado de la historia, es decir, la parte de los nativos que soportaron la colonización. Aún hoy, la cultura española está presente en las actuales generaciones de ecuatoguineanos. Fueron muchos años de presencia española. Los más mayores la recuerdan unos con nostalgia y otros con resentimiento. No debemos olvidar que la colonización española forzó el cambio de rumbo de su propia historia. Los más jóvenes la deben percibir como algo impreciso. Resulta difícil de creer la poca relación que tenemos con personas con quienes compartimos tanto, como por ejemplo, lengua y religión. Tal vez algún día podamos plantear un diálogo entre ambos países con la misma naturalidad que existe entre otros. El contraste entre culturas siempre es enriquecedor.

- ¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

- Me ha resultado muy complejo, sobre todo la parte africana y los detalles de la recreación de los escenarios. He empleado desde hemerotecas de prensa hasta recetas de cocina de hace décadas. Al final de la novela aporto una bibliografía comentada por si a alguien le apetece profundizar un poco más. En cuanto a la parte histórica, estuve dos años leyendo todo lo que pude para entender, asimilar y ser capaz de explicar con mis palabras y mis personajes lo que quería transmitir. En cuanto a la parte literaria y de ficción, intenté absorber el sentimiento y la pasión de muchísimos testimonios de personas que vivieron allí para quedarme con la esencia, con el denominador común a todos ellos. Algunas escenas están inspiradas en sucesos reales tanto de la isla como del Pirineo oscense, de donde partieron muchos desde principios del siglo XX, como mi abuelo, en busca de una vida mejor. El escenario histórico es real, pero la trama es ficción. En total han sido casi cinco años, dos de documentación, uno para escribir el primer manuscrito, otro para buscar editor y repasar, y el último para la versión definitiva, más larga que la primera.

- ¿Ha sido difícil mostrar la crueldad de personajes como Gregorio?

- A mí siempre me resulta más difícil describir la crueldad que la bondad, tal vez porque no estoy acostumbrada a aquella ya que he vivido en un entorno de paz y me gusta cuidar los sentimientos propios y ajenos. Lo que hice en muchos momentos de la novela fue ponerme en la piel del personaje y comprender, para luego saber plasmarlo, cómo además de tu carácter, el entorno te moldea. En el caso de Gregorio, muchos años en un entorno de machetes y aislamiento lo convierte en un ser duro que se cree superior. En el caso de otros, y sin desvelar nada, podría decir que el momento posterior a la independencia produjo situaciones de revancha.

- Tu libro es también una gran historia de amor en una época en que había más barreras que hoy. ¿Te has inspirado en alguna historia real?

- No conocida personalmente, pero me atrevería a asegurar que hubo historias parecidas a la descrita en la novela. Algunos españoles pasaron décadas allí.

- En Palmeras en la nieve hay personajes que sufren, especialmente las mujeres africanas. ¿Has querido denunciar una realidad que solemos pasar por alto?

- Más que una denuncia es una presentación de hechos. Es que las mujeres han sufrido mucho a lo largo de la historia, y encima son las que han sacado a familias y pueblos adelante y continúan haciéndolo.

- Uno de los personajes femeninos afirma que «También ahora, aunque no nos demos cuenta, todos estamos siendo continuamente colonizados, de manera sutil, por redes tejidas por intereses económicos, políticos, culturales» ¿Compartes esta opinión?

- Los diferentes personajes de la novela representan diferentes visiones del mundo. En concreto, estoy de acuerdo con esta frase de uno de los personajes. Esta característica de la colonización actual es la que además favorece el auge de las cuestiones de identidad. Cuando el mundo se convierte en una masa igual, más se desean resaltar los elementos diferenciadores de cada comunidad.

- ¿Has visitado Guinea o la actual Bioko?

- No me gustaría morir sin recorrer la majestuosa entrada de las palmeras reales de la finca Sampaka. He tenido ocasión de ir a Bioko un par de veces a lo largo del proceso de preparación de la novela, pero temía que se apoderase de mí un exceso de nostalgia, casi el mismo que le embarga a Clarence. Decidí no suspirar por la pérdida del paraíso colonial perdido, distanciarme de mis propias emociones y servir algo así como de medium para las numerosas voces de aquellos que vivieron las diferentes épocas de la novela. Ahora me gustaría ir más que antes, gracias a lo que he leído y a las personas que he conocido.

- ¿Va a haber una adaptación cinematográfica?

- Los derechos fueron vendidos a Antena 3 Films antes de que el libro saliera al mercado, algo realmente inusual según la editorial. Lo normal es que un libro tenga antes cierto recorrido. Sé que una productora ya lleva trabajando un par de meses en el guión, pero no puedo confirmar si será serie o película.

- ¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?

- Yo empecé a escribir cuentos a los doce años. Por circunstancias de la vida, sobre todo laboral, nunca encontré el tiempo para plantearme algo en serio. Tenía muchas clases en la universidad y poco margen para la literatura. Con Palmeras en la nieve sentí que ya tenía un producto al menos dignamente publicable, sin más pretensiones. Claro que espero escribir más, ideas no me faltan. Un par de ideas rondan por mi cabeza, pero la próxima novela tendrá que pedirme salir de mi cabeza y de mi corazón con la misma intensidad que me lo pidió Palmeras.

- Muchas gracias.

- A vosotros. Me siento orgullosa de pertenecer a la gran familia de Círculo. No os podéis imaginar la ilusión que me hace que mi libro aparezca en las páginas de la revista que llega puntualmente a mi casa desde hace muchos años. Os lo digo de corazón. Un abrazo muy fuerte a todos los lectores.

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