El escritor barcelonés plasma en este libro, editado por Seix Barral, sus impresiones tras ser invitado en 2012 a convertirse en una "instalación artística viviente", ya que los organizadores de Documenta le instalaron en un restaurante chino de las afueras de la ciudad para que, durante cinco mañanas, se mostrara receptivo a las preguntas de los visitantes.
El autor ha recordado hoy esta experiencia como un paseo por "un jardín de las maravillas", que ahora plasma con humor y lucidez en un libro en el que invita a ver el mundo desde otra perspectiva.
Aunque, tal y como el escritor ha explicado en rueda de prensa, la invitación era muy "rara", este viaje le permitió adentrarse en el mundo del arte contemporáneo e indagar sobre las sinergias entre la vida y la actividad artística.
"Siempre me ha hecho feliz descubrir alguna cosa nueva", ha explicado el autor, por lo que acudió a la ciudad alemana con una mirada "muy limpia" y "sin prejuicios" debido a su falta de conocimiento sobre el arte que allí se proponía, ni los nombres que lo encabezaban.
Precisamente por este motivo, estuvo "muy entretenido" y durante sus paseos ante otras instalaciones optó por participar de las experiencias que le proponían, lo que estimulaba al escritor a adentrarse y traducir lenguajes que no conocía.
Como en la novela "El paseo", de Robert Walser, Vila-Matas ha subrayado que su paso por Documenta fue un paseo de "euforia creciente" por un lugar lleno de estímulos, con un nivel de instalaciones muy alto que hicieron que mantuviera "1.015 horas" de excitación, durante las cuales no dejó de estar contento.
"Ante un Rembrant todo lo entiendo y me gusta mucho, pero no tengo nada más que decir", ha destacado Vila-Matas que ha contrapuesto esta sensación con el "enorme estímulo" que le produce el encuentro con una obra contemporánea "imperfecta" o "absurda" que, por ejemplo, imite al urinario de Marcel Duchamp, lo que le abre las puertas a un conocimiento que antes no tenía.
En este punto, el escritor ha expresado su desacuerdo con quienes proclaman el final del arte y lo ha comparado con "las nubes que pasan a toda velocidad", lo que le lleva a pensar que dentro de 500 años se explicará que ha habido otros Velázquez.
También ha puntualizado su interés actual por el "arte optimista" que haga que el espectador se aleje de la repetición de que todo es "horroroso", propinando, en palabras de David Foster Wallace, una "animación cardiorrespiratoria" a sus vidas.
Preguntado por su paso como participante en Documenta, Vila-Matas ha explicado que salió "encantado", pues no se cumplieron sus temores de sentirse asediado por los visitantes -puesto que sólo dos personas acudieron al restaurante chino en el que se encontraba- y, además, ha añadido que salir del mundo encerrado en el que él vive es una actividad que le "ayuda" y le va bien.
El título "Kassel no invita a la lógica" es un juego con una cita de Italo Calvino, quien decía que la racionalidad de Turín invitaba a la lógica, por lo que los artistas y filósofos como Niestzsche enloquecían.
En Kassel ocurre todo lo contrario, lo que mantiene a Vila-Matas con una motivación constante y le sirve como excusa para hablar de cómo el arte se mezcla con la vida y le da sentido a todo.
(EFE, Terra Noticias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario