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'Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor', de A. M. Esquivel, 1846 |
José Zorrilla (1817-1893) fue el escritor más conocido de su tiempo tanto por su poesía como por sus dramas. Su poesía se bifurca en dos direcciones: la lírica y la narrativa. A esta última le dio el nombre genérico de ‘leyendas’: algunas de ellas tienen un origen popular; otras son inventadas por el autor. Zorrilla domina en todas no sólo las técnicas narrativas, sino también los recursos dramáticos y líricos con los que crear la suspensión y el interés necesarios para adentrarse en el ambiente peculiar en que se mueven sus personajes: un mundo primitivo y mágico, donde aún es posible reencontrar un pasado espléndido de castillos y caballeros, de grandes pasiones y crímenes, de damas soñadoras y galanes enamorados.
Su poesía lírica es muy variada temática y métricamente. Zorrilla cambia de registro poético con facilidad y maneja con soltura los más diferentes estilos. Posee, asimismo, un gran sentido del ritmo y de la musicalidad y un dominio absoluto de los efectos verbales y de los recursos retóricos.
Todo ello explica su influencia en la poesía española posterior, a la que proporcionó ideas y motivos. Evidente es su influjo en los premodernistas, a los que abre el camino hacia la luz, el color, la música, la relación entre poesía y arte, el gusto por el pasado y el uso de ciertos símbolos.
(Lengua Castellana y Literatura, 2º Bachillerato, edición de Julio Rodríguez Puértolas, coordinación y revisión de Literatura de Domingo Ynduráin Muñoz, proyecto y redacción de José Antonio Martínez Jiménez, Francisco Muñoz Marquina, Miguel Ángel Sarrión Mora; ed. Akal, Madrid 2012)
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